domingo, 11 de enero de 2009

El paquete economico de Obama tendra una dificil entrada en el congreso

WASHINGTON, EU.- Aún antes de tomar las riendas del poder, en medio de una de las peores crisis de memoria reciente, la luna de miel de Barack Obama con su partido parece estar tomando un sabor agridulce. La armonía y los halagos que prevalecieron a lo largo de los días posteriores a su espectacular triunfo, el pasado 4 de noviembre, se han empezado a disipar en reacción a algunas de las tempranas acciones que el mandatario electo ha anunciado. La reacción que su paquete de estímulos económicos ha generado entre los demócratas en el Congreso parece no sólo anticipar una complicada batalla para lograr su aprobación, sino que ha puesto de relieve las diferencias de visión entre ambas partes. Si bien el consenso sobre la necesidad de responder a una crisis que provocó en 2008 el despido de 2.6 millones de personas es general, las divergencias sobre la forma y el tamaño de la respuesta han colocado a Obama a la defensiva. Esto ha resultado más evidente ante las reacciones que el paquete por 775 mil millones de dólares ha generado entre demócratas y republicanos. Bajo este paquete, calificado por Obama como la más importante asignatura a que el Congreso deberá abocarse en los próximos días, se pretende crear tres millones de empleos, factor donde la crisis ha tenido un efecto más visible. El paquete, que busca también establecer inversiones de largo plazo en áreas como la energía, el cuidado médico y la educación, ha sido blanco del fuego cruzado entre demócratas y republicanos. Los primeros lo consideran insuficiente y en algún sentido fuera de foco dado el énfasis que Obama ha puesto sobre el componente de los estímulos fiscales. Algunos legisladores como el senador John Kerry considera que el estímulo para empresas que generen o conserven empleos podría prestarse a abusos que darían al traste con las intenciones reales. Para los republicanos el plan resulta demasiado grande, algo que ha generado reservas dado su impacto sobre al déficit presupuestal, que se estima alcanzará 1.3 billones de dólares El panorama sobre la batalla legislativa podría complicarse más ante la intención de los demócratas de incorporar a esta propuesta una iniciativa para forzar a bancos a modificar los términos de los préstamos hipotecarios. Obama ha enfatizado la necesidad de no incorporar iniciativas ajenas al paquete, a fin de facilitar el consenso bipartidista que requerirá para su pronta aprobación. Si la intención demócrata se materializa, lo que se anticipa es un tortuoso curso en el proceso legislativo dada la firme oposición de los republicanos.
Fuente: El Informador

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