martes, 27 de enero de 2009

Obama propone acercamiento al mundo árabe

El presidente de EEUU, Barack Obama, afirmó hoy que su administración está dispuesta a emprender un acercamiento con el mundo musulmán en una entrevista concedida al canal árabe "Al-Arabia", informó a la prensa en Washington un portavoz de la Casa Blanca.
"Entre los miembros de mi familia hay musulmanes. Yo viví en países musulmanes", señaló el dignatario norteamericano, resaltando que considera necesario "hacer entender al mundo musulmán que los estadounidenses no son enemigos".
"Mi trabajo es hacer entender que EE.UU. está interesado en la prosperidad del mundo musulmán y que el idioma que utilizará es el idioma del respeto", destacó el presidente estadounidense.
Obama comentó sobre la posibilidad de una nueva vía para contribuir al proceso de paz en Oriente Próximo, en especial a la solución del conflicto palestino-israelí, y "lo que sucede en Siria, Irán, Líbano, Afganistán y Pakistán".
"Si vemos a la región en su conjunto y transmitimos al mundo árabe y musulmán que buscamos una nueva vía basada en el interés y respeto mutuos, entonces habremos hecho un gran un avance", subrayó el presidente de EE.UU.
Asimismo, afirmó que su país no renunciará a su política de garantizar la seguridad de Israel. "Israel es firme aliado de EE.UU. y no dejará de serlo. Yo considero que la seguridad de Israel es de vital importancia", señaló Obama.
El no dió detalles sobre dónde y cuándo tiene planificado dirigirse personalmente al mundo islámico, en alusión a un posible viaje a un país árabe, pero afirmó que lo hará."Tenemos la intención de cumplir nuestras promesas: escuchar y hablar con el mundo musulmán de una de sus capitales, entablar una relación mutua eficaz", recalcó el presidente.
Igualmente, destacó que "el pueblo iraní es un gran pueblo y que la civilización persa es una gran civilización, pero las acciones de Irán, su amenaza contra Israel, su apoyo en el pasado a organizaciones terroristas, y su aspiración de convertirse en un país con aspiración nuclear, actualmente no son concebibles.
"Para mi es importante saber que estamos dispuestos a hablar con Irán", declaró Obama, resaltando que su administración durante los próximos meses elaborará marcos y enfoques para un diálogo.
EE.UU. tenderá la mano a países como Irán si están dispuestos a ser más flexibles, subrayó el presidente estadounidense en su discurso.

Fuente: NOVOSTI

lunes, 26 de enero de 2009

Obama: EEUU liderará la lucha contra el cambio climático

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha presentado los primeros planes de su gobierno en materia medioambiental y, en un nuevo giro respecto a las políticas de su predecesor, George W. Bush, prometió que su país liderará la lucha mundial contra el calentamiento global.
Como en otros asuntos que se propuso afrontar, Obama precisó que no puede ofrecer "una solución rápida", pero sí un acercamiento "constante, centrado y pragmático".
Además, Obama dejó claro que encara la situación tras haber "heredado" una "crisis económica cada vez más profunda" y lanzó un dardo a su predecesor, que negó hasta casi el final de su mandato la existencia del cambio climático: "Mi administración no negará hechos, (sino que) se guiará por ellos". "Le dejaremos claro al mundo que Estados Unidos está listo para liderar", afirmó, al tiempo que anunció "una verdadera coalición global" que evite "dar poder a los dictadores y dólares a los terroristas" y que se asegura de que países "como China y la India cumplan con su parte".
El presidente aseguró que para Estados Unidos "ningún asunto es tan fundamental como el de la energía", y prometió trabajar hacia la independencia energética, algo que ya anunció Richard Nixon en los años 70.
El cambio requiere coraje y compromiso
Obama afirmó que el país tiene "los recursos para cambiar", pero que se requerirá "coraje y compromiso". Según describió, su política energética comienza con las previsiones incluidas en el plan de unos 820.000 millones de dólares para reactivar la economía propuesto por su gobierno y que actualmente debate el Congreso.
El plan prevé la creación de "millones" de empleos relacionados con las nuevas energías y el acondicionamiento del 75% de los edificios gubernamentales y de dos millones de hogares a unos nuevos estándares energéticos.
Además, Obama aseguró que tomará las medidas necesarias para asegurarse de que los "coches energéticamente eficientes del mañana" se construyan en Estados Unidos. Ello incluirá nuevos estándares aplicables ya a los modelos que se fabriquen en 2011.
El presidente reiteró además su apoyo a una ayuda con dinero público a los grandes fabricantes estadounidenses de automóvil para "encender la chispa de la innovación que se necesita", aunque prometió salvaguardar al mismo tiempo los intereses de los contribuyentes.
El otro pilar de su política será el trabajo en cojunto "con los estados" federales, en lugar de "contra" ellos. Así, anunció que revertirá otra decisión de la administración Bush para permitir a California y otra docena de estados establecer sus propios y más estrictos estándares para las emisiones de gases de efecto invernadero de los vehículos.
Fuente; El Mundo









domingo, 25 de enero de 2009

Obama cierra Guantanamo y prohibe la tortura

Se cierra Guantánamo. No se tortura más. Se eliminan todas las cárceles clandestinas de la CIA. Los juicios militares en curso serán revisados.
Los decretos que firmó el flamante presidente Barack Obama, pusieron fin ayer a los símbolos más claros de las violaciones de los derechos humanos y de los abusos que cometió George W. Bush en su supuesta lucha contra el terrorismo internacional.
Ordenó asimismo aplicar la Convención de Ginebra a todos los prisioneros del penal, lo que permitirá a partir de ahora que puedan ser visitados por la Cruz Roja Internacional.
Se trata de un puñado gestos muy importantes que dejan en claro que, pese a las resistencias que enfrenta en la CIA, Obama cumplirá con las promesas que hizo durante la campana electoral en este terreno.
Rodeado por 16 generales retirados que hicieron lobby para que el nuevo presidente aboliera las técnicas de interrogatorios consideradas como torturas, al firmar los decretos Obama explicó que estaba totalmente convencido de que se puede luchar contra el terrorismo "respetando nuestros ideales y nuestros valores".
"Estamos determinados a ganar esta guerras", dijo Obama "pero la vamos a ganar en nuestros propios términos. Nosotros pensamos que podemos cumplir con la reglas que dicen que no hay que torturar, pero que podemos obtener eficazmente la información que necesitamos".

En varias ocasiones tanto Bush como su vicepresidente Dick Cheney afirmaron que las técnicas empleadas en los interrogatorios en Guantánamo o en las cárceles clandestinas en Europa no pueden ser calificadas como torturas. Pero hace una semana una funcionaria del propio Gobierno de Bush, que se encarga de los juicios militares, admitió lo contrario. Entre esas prácticas figuraba forzar la asfixia del prisionero colocándole la cabeza dentro de una bolsa plástica o hundiéndola en el agua.

El flamante presidente revocó decisiones ejecutivas de Bush, entre ellas la que reinterpretó el artículo 3 de l Convención de Ginebra sobre la tortura para permitir los abusos. Obama decidió que de ahora en más se utilizaran sólo los métodos admitidos por el Manuel del Ejército.
Muy poco después de los atentados del 11 de setiembre del 2001, la CIA estableció una serie de cárceles clandestinas donde detuvieron e interrogaron a supuestos miembros de la red Al Qaeda capturados en el exterior. Esos prisioneros eran transportados en vuelos clandestinos, en operaciones extraoficiales que para la justicia europea configuraban simplemente un secuestro. El director de la CIA de Bush, Michael V Haydein admitió recientemente que "menos de cien individuos" fueron llevados a esos centros con lo que confirmó la existencia de esas cárceles.

Debido a las críticas, los procesos, las demandas y a la presión internacional que estas cárceles clandestinas generaron especialmente en 2006, Bush decidió trasladar a los últimos 14 detenidos ilegales directamente a Guantánamo. Pero el presidente ignoró los pedidos para cerrar esos campos de prisioneros clandestinos. The New York Times informó que, incluso, otros dos sospechosos habían sido detenidos durante el 2008.
El decreto firmado por Obama ayer cerro la cárceles, pero desde el punto de vista legal dejo la puerta abierta a que sean reabiertas en caso de necesidad. Por el contrario el cierre de Guantánamo es definitivo pero será en un año. ¿Por qué? La cuestión es qué hacer con los casi 250 detenidos que quedan allí. El consejero legal de la Casa Blanca Greg Craig explicó la medida el miércoles último en el Congreso. Pero algunos legisladores comentaron los temores que existen en las cámaras sobre si los detenidos son transferidos a una cárcel en EE.UU.

"En primer lugar, son peligrosos", dijo el diputado republicano Bill Young. "Y una vez que estén en EE.UU. ¿cuál sera su estatus legal, constitucional. Me preocupa eso, porque a mi no me gustaría que tuvieran el mismo estatus constitucional que tengo yo o ustedes. Son nuestros enemigos", afirmó.
Young también preguntó sobre qué harán con las facilidades que Bush construyó en Guantánamo que costaron al erario público nada menos que 500.000.000 millones de dólares.
Fuente: diario clarin

viernes, 23 de enero de 2009

El discurso de Obama

Me presento aquí hoy humildemente consciente de la tarea que nos aguarda, agradecido por la confianza que habéis depositado en mí, conocedor de los sacrificios que hicieron nuestros antepasados. Doy gracias al presidente Bush por su servicio a nuestra nación y por la generosidad y la cooperación que ha demostrado en esta transición.
Son ya 44 los estadounidenses que han prestado juramento como presidentes. Lo han hecho durante mareas de prosperidad y en aguas pacíficas y tranquilas. Sin embargo, en ocasiones, este juramento se ha prestado en medio de nubes y tormentas. En esos momentos, Estados Unidos ha seguido adelante, no sólo gracias a la pericia o la visión de quienes ocupaban el cargo, sino porque Nosotros, el Pueblo, hemos permanecido fieles a los ideales de nuestros antepasados y a nuestros documentos fundacionales. Así ha sido. Y así debe ser con esta generación de estadounidenses.
Es bien sabido que estamos en medio de una crisis. Nuestro país está en guerra contra una red de violencia y odio de gran alcance. Nuestra economía se ha debilitado enormemente, como consecuencia de la codicia y la irresponsabilidad de algunos, pero también por nuestra incapacidad colectiva de tomar decisiones difíciles y preparar a la nación para una nueva era. Se han perdido casas; se han eliminado empleos; se han cerrado empresas. Nuestra sanidad es muy cara; nuestras escuelas tienen demasiados fallos; y cada día trae nuevas pruebas de que nuestros usos de la energía fortalecen a nuestros adversarios y ponen en peligro el planeta.
Estos son indicadores de una crisis, sujetos a datos y estadísticas. Menos fácil de medir pero no menos profunda es la destrucción de la confianza en todo nuestro territorio, un temor persistente de que el declive de Estados Unidos es inevitable y la próxima generación tiene que rebajar sus miras. Hoy os digo que los problemas que nos aguardan son reales. Son graves y son numerosos. No será fácil resolverlos, ni podrá hacerse en poco tiempo. Pero debes tener clara una cosa, América: los resolveremos.
Hoy estamos reunidos aquí porque hemos escogido la esperanza por encima del miedo, el propósito común por encima del conflicto y la discordia. Hoy venimos a proclamar el fin de las disputas mezquinas y las falsas promesas, las recriminaciones y los dogmas gastados que durante tanto tiempo han sofocado nuestra política.
Seguimos siendo una nación joven, pero, como dicen las Escrituras, ha llegado la hora de dejar a un lado las cosas infantiles. Ha llegado la hora de reafirmar nuestro espíritu de resistencia; de escoger lo mejor que tiene nuestra historia; de llevar adelante ese precioso don, esa noble idea, transmitida de generación en generación: la promesa hecha por Dios de que todos somos iguales, todos somos libres, y todos merecemos una oportunidad de buscar toda la felicidad que nos sea posible.
Al reafirmar la grandeza de nuestra nación, sabemos que esa grandeza no es nunca un regalo. Hay que ganársela. Nuestro viaje nunca ha estado hecho de atajos ni se ha conformado con lo más fácil. No ha sido nunca un camino para los pusilánimes, para los que prefieren el ocio al trabajo, o no buscan más que los placeres de la riqueza y la fama. Han sido siempre los audaces, los más activos, los constructores de cosas -algunos reconocidos, pero, en su mayoría, hombres y mujeres cuyos esfuerzos permanecen en la oscuridad- los que nos han impulsado en el largo y arduo sendero hacia la prosperidad y la libertad.
Por nosotros empaquetaron sus escasas posesiones terrenales y cruzaron océanos en busca de una nueva vida. Por nosotros trabajaron en condiciones infrahumanas y colonizaron el Oeste; soportaron el látigo y labraron la dura tierra. Por nosotros combatieron y murieron en lugares como Concord y Gettysburg, Normandía y Khe Sahn. Una y otra vez, esos hombres y mujeres lucharon y se sacrificaron y trabajaron hasta tener las manos en carne viva, para que nosotros pudiéramos tener una vida mejor. Vieron que Estados Unidos era más grande que la suma de nuestras ambiciones individuales; más grande que todas las diferencias de origen, de riqueza, de partido.
Ése es el viaje que hoy continuamos. Seguimos siendo el país más próspero y poderoso de la Tierra. Nuestros trabajadores no son menos productivos que cuando comenzó esta crisis. Nuestras mentes no son menos imaginativas, nuestros bienes y servicios no son menos necesarios que la semana pasada, el mes pasado ni el año pasado. Nuestra capacidad no ha disminuido. Pero el periodo del inmovilismo, de proteger estrechos intereses y aplazar decisiones desagradables ha terminado; a partir de hoy, debemos levantarnos, sacudirnos el polvo y empezar a trabajar para reconstruir Estados Unidos.
Porque, miremos donde miremos, hay trabajo que hacer. El estado de la economía exige actuar con audacia y rapidez, y vamos a actuar; no sólo para crear nuevos puestos de trabajo, sino para sentar nuevas bases de crecimiento. Construiremos las carreteras y los puentes, las redes eléctricas y las líneas digitales que nutren nuestro comercio y nos unen a todos. Volveremos a situar la ciencia en el lugar que le corresponde y utilizaremos las maravillas de la tecnología para elevar la calidad de la atención sanitaria y rebajar sus costes. Aprovecharemos el sol, los vientos y la tierra para hacer funcionar nuestros coches y nuestras fábricas. Y transformaremos nuestras escuelas y nuestras universidades para que respondan a las necesidades de una nueva era. Podemos hacer todo eso. Y todo lo vamos a hacer.
Ya sé que hay quienes ponen en duda la dimensión de mis ambiciones, quienes sugieren que nuestro sistema no puede soportar demasiados grandes planes. Tienen mala memoria. Porque se han olvidado de lo que ya ha hecho este país; de lo que los hombres y mujeres libres pueden lograr cuando la imaginación se une a un propósito común y la necesidad al valor.
Lo que no entienden los escépticos es que el terreno que pisan ha cambiado, que las manidas discusiones políticas que nos han consumido durante tanto tiempo ya no sirven. La pregunta que nos hacemos hoy no es si nuestro gobierno interviene demasiado o demasiado poco, sino si sirve de algo: si ayuda a las familias a encontrar trabajo con un sueldo decente, una sanidad que puedan pagar, una jubilación digna. En los programas en los que la respuesta sea sí, seguiremos adelante. En los que la respuesta sea no, los programas se cancelarán. Y los que manejemos el dinero público tendremos que responder de ello -gastar con prudencia, cambiar malos hábitos y hacer nuestro trabajo a la luz del día-, porque sólo entonces podremos restablecer la crucial confianza entre el pueblo y su gobierno.
Tampoco nos planteamos si el mercado es una fuerza positiva o negativa. Su capacidad de generar riqueza y extender la libertad no tiene igual, pero esta crisis nos ha recordado que, sin un ojo atento, el mercado puede descontrolarse, y que un país no puede prosperar durante mucho tiempo cuando sólo favorece a los que ya son prósperos. El éxito de nuestra economía ha dependido siempre, no sólo del tamaño de nuestro producto interior bruto, sino del alcance de nuestra prosperidad; de nuestra capacidad de ofrecer oportunidades a todas las personas, no por caridad, sino porque es la vía más firme hacia nuestro bien común.
En cuanto a nuestra defensa común, rechazamos como falso que haya que elegir entre nuestra seguridad y nuestros ideales. Nuestros Padres Fundadores, enfrentados a peligros que apenas podemos imaginar, elaboraron una carta que garantizase el imperio de la ley y los derechos humanos, una carta que se ha perfeccionado con la sangre de generaciones. Esos ideales siguen iluminando el mundo, y no vamos a renunciar a ellos por conveniencia. Por eso, a todos los demás pueblos y gobiernos que hoy nos contemplan, desde las mayores capitales hasta la pequeña aldea en la que nació mi padre, os digo: sabed que Estados Unidos es amigo de todas las naciones y todos los hombres, mujeres y niños que buscan paz y dignidad, y que estamos dispuestos a asumir de nuevo el liderazgo.
Recordemos que generaciones anteriores se enfrentaron al fascismo y el comunismo no sólo con misiles y carros de combate, sino con alianzas sólidas y convicciones duraderas. Comprendieron que nuestro poder no puede protegernos por sí solo, ni nos da derecho a hacer lo que queramos. Al contrario, sabían que nuestro poder crece mediante su uso prudente; nuestra seguridad nace de la justicia de nuestra causa, la fuerza de nuestro ejemplo y la moderación que deriva de la humildad y la contención.
Somos los guardianes de este legado. Guiados otra vez por estos principios, podemos hacer frente a esas nuevas amenazas que exigen un esfuerzo aún mayor, más cooperación y más comprensión entre naciones. Empezaremos a dejar Irak, de manera responsable, en manos de su pueblo, y a forjar una merecida paz en Afganistán. Trabajaremos sin descanso con viejos amigos y antiguos enemigos para disminuir la amenaza nuclear y hacer retroceder el espectro del calentamiento del planeta. No pediremos perdón por nuestra forma de vida ni flaquearemos en su defensa, y a quienes pretendan conseguir sus objetivos provocando el terror y asesinando a inocentes les decimos que nuestro espíritu es más fuerte y no podéis romperlo; no duraréis más que nosotros, y os derrotaremos.
Porque sabemos que nuestra herencia multicolor es una ventaja, no una debilidad. Somos una nación de cristianos y musulmanes, judíos e hindúes, y no creyentes. Somos lo que somos por la influencia de todas las lenguas y todas las culturas de todos los rincones de la Tierra; y porque probamos el amargo sabor de la guerra civil y la segregación, y salimos de aquel oscuro capítulo más fuertes y más unidos, no tenemos más remedio que creer que los viejos odios desaparecerán algún día; que las líneas tribales pronto se disolverán; y que Estados Unidos debe desempeñar su papel y ayudar a iniciar una nueva era de paz.
Al mundo musulmán: buscamos un nuevo camino hacia adelante, basado en intereses mutuos y mutuo respeto. A esos líderes de todo el mundo que pretenden sembrar el conflicto o culpar de los males de su sociedad a Occidente: sabed que vuestro pueblo os juzgará por lo que seáis capaces de construir, no por lo que destruyáis. A quienes se aferran al poder mediante la corrupción y el engaño y acallando a los que disienten, tened claro que la historia no está de vuestra parte; pero estamos dispuestos a tender la mano si vosotros abrís el puño.
A los habitantes de los países pobres: nos comprometemos a trabajar a vuestro lado para conseguir que vuestras granjas florezcan y que fluyan aguas potables; para dar de comer a los cuerpos desnutridos y saciar las mentes sedientas. Y a esas naciones que, como la nuestra, disfrutan de una relativa riqueza, les decimos que no podemos seguir mostrando indiferencia ante el sufrimiento que existe más allá de nuestras fronteras, ni podemos consumir los recursos mundiales sin tener en cuenta las consecuencias. Porque el mundo ha cambiado, y nosotros debemos cambiar con él.
Mientras reflexionamos sobre el camino que nos espera, recordamos con humilde gratitud a esos valerosos estadounidenses que en este mismo instante patrullan desiertos lejanos y montañas remotas. Tienen cosas que decirnos, del mismo modo que los héroes caídos que yacen en Arlington nos susurran a través del tiempo. Les rendimos homenaje no sólo porque son guardianes de nuestra libertad, sino porque encarnan el espíritu de servicio, la voluntad de encontrar sentido en algo más grande que ellos mismos. Y sin embargo, en este momento -un momento que definirá a una generación-, ese espíritu es precisamente el que debe llenarnos a todos.
Porque, con todo lo que el gobierno puede y debe hacer, a la hora de la verdad, la fe y el empeño del pueblo norteamericano son el fundamento supremo sobre el que se apoya esta nación. La bondad de dar cobijo a un extraño cuando se rompen los diques, la generosidad de los trabajadores que prefieren reducir sus horas antes que ver cómo pierde su empleo un amigo: eso es lo que nos ayuda a sobrellevar los tiempos más difíciles. Es el valor del bombero que sube corriendo por una escalera llena de humo, pero también la voluntad de un padre de cuidar de su hijo; eso es lo que, al final, decide nuestro destino.
Nuestros retos pueden ser nuevos. Los instrumentos con los que los afrontamos pueden ser nuevos. Pero los valores de los que depende nuestro éxito -el esfuerzo y la honradez, el valor y el juego limpio, la tolerancia y la curiosidad, la lealtad y el patriotismo- son algo viejo. Son cosas reales. Han sido el callado motor de nuestro progreso a lo largo de la historia. Por eso, lo que se necesita es volver a estas verdades. Lo que se nos exige ahora es una nueva era de responsabilidad, un reconocimiento, por parte de cada estadounidense, de que tenemos obligaciones con nosotros mismos, nuestro país y el mundo; unas obligaciones que no aceptamos a regañadientes sino que asumimos de buen grado, con la firme convicción de que no existe nada tan satisfactorio para el espíritu, que defina tan bien nuestro carácter, como la entrega total a una tarea difícil.
Éste es el precio y la promesa de la ciudadanía.
Ésta es la fuente de nuestra confianza; la seguridad de que Dios nos pide que dejemos huella en un destino incierto.
Éste es el significado de nuestra libertad y nuestro credo, por lo que hombres, mujeres y niños de todas las razas y todas las creencias pueden unirse en celebración en este grandioso Mall y por lo que un hombre a cuyo padre, no hace ni 60 años, quizá no le habrían atendido en un restaurante local, puede estar ahora aquí, ante vosotros, y prestar el juramento más sagrado.
Marquemos, pues, este día con el recuerdo de quiénes somos y cuánto camino hemos recorrido. En el año del nacimiento de Estados Unidos, en el mes más frío, un pequeño grupo de patriotas se encontraba apiñado en torno a unas cuantas hogueras mortecinas a orillas de un río helado. La capital estaba abandonada. El enemigo avanzaba. La nieve estaba manchada de sangre. En un momento en el que el resultado de nuestra revolución era completamente incierto, el padre de nuestra nación ordenó que leyeran estas palabras:
"Que se cuente al mundo futuro... que en el más profundo invierno, cuando no podía sobrevivir nada más que la esperanza y la virtud... la ciudad y el campo, alarmados ante el peligro común, se apresuraron a hacerle frente".
América. Ante nuestros peligros comunes, en este invierno de nuestras dificultades, recordemos estas palabras eternas. Con esperanza y virtud, afrontemos una vez más las corrientes heladas y soportemos las tormentas que puedan venir. Que los hijos de nuestros hijos puedan decir que, cuando se nos puso a prueba, nos negamos a permitir que se interrumpiera este viaje, no nos dimos la vuelta ni flaqueamos; y que, con la mirada puesta en el horizonte y la gracia de Dios con nosotros, seguimos llevando hacia adelante el gran don de la libertad y lo entregamos a salvo a las generaciones futuras.
Gracias, que Dios os bendiga, que Dios bendiga a América.
Fuente: El País

Obama ya es presidente




Fue a las doce de la mañana, como manda la tradición norteamericana cuando barck Obama, poniendo su mano derecha sobre la Biblia, juro el cargo de presidente de los EEUU, convirtiéndose de este modo, en el 44º Presidente de los EEUU, pero el primer Presidente negro en la historia de los América.
Se calcula que más de dos millones de personas inundaron las calles de Washintong, muchos de los cuales llegaban de la otra punta del país. La emoción de los afroamericanos, reunidos en el Mall /(Explanada que se extiende a los pies del capitolio) era visiblemente enorme, se cumplia así el sueño de muchos, que jamás pensaron que verían; un presidente negro en la casa blanca.



capitolio) era visiblemente enorme, se cumplia así el sueño de muchos, que jamás pensaron que verían; un presidente negro en la casa blanca.
EL juez Robertson, tuvo una gesto algo impertinente con el ya presidente de los EE.UU, antes de que Obama prestara juramento, el presidente electo comentaba un detalle gracioso con su familia, y el magistrado le miró y le preguntó, en un volumen perfectamente audible: "¿Está listo para prestar juramento?", a lo que Obama respondió afirmativamente y sin perder la sonrisa.
Quedaba patente la impaciencia que Robertson tenia en poner punto y final al proceso de investidura.
El discurso de inauguración duro 20 minutos. Su tono y contenido no defraudó a la multitud allí reunida. Pidió el inicio de una nueva era de responsabilidad, en la que todos trabajen juntos para superar el penoso legado que le a dejado la administración de Bush.



“No será fácil, ni será rápido, pero los superaremos", dijo Obama. El político afroamericano reconoció que existe en algunos sectores "la sensación de que el país está en declive, que las próximas generaciones vivirán peor", pero se mostró confiado en que, como en otras ocasiones de crisis, el país resurgirá. "Debemos empezar el trabajo de rehacer los EEUU".
El discurso estaba marcado por el patriotismo estadounidense, en este discurso le brindo su particular homenaje a los antepasados que lucharon por que en América todos tuviesen derecho a la libertad de expresión., desde los patriotas que libraron la guerra de Independencia, a los caídos en la II Guerra Mundial. "Éste es un país de luchadores... su grandeza no ha sido concedida, sino que ha sido ganada a pulso".
Obama, volvió a reiterar las líneas de actuación de su administración, que serán la recuperación de la economía, la expansión del sistema de sanidad, y la consecución de la independencia energética. Aunque la mayoría de su discurso estuvo centrada en cuestiones internas, también tuvo palabras para aquellos ciudadanos de otros países que seguían el evento por televisión.
El nuevo inquilino de la casa blanca, aseguró que esta dispuesto a trabajar con otros paises en el logro de los objetivos comunes "Nuestro poder, por sí solo, no puede protegernos", dijo, al tiempo que reconoció que "el mundo ha cambiado y debemos cambiar con él".

La parte más solemne de la ceremonia comenzó a las 11.30 hora local —17.30 hora peninsular—, cuando Barack Obama y Joe Biden, así como George W. Bush, llegaron al Capitolio. Joe Biden fue el primero en ser investido como vicepresidente, recibiendo el traspaso de poderes de parte de su predecesor en el cargo, Dick Cheney, una de las figuras más controvertidas (por no decir odiadas) de la administración Bush.
Un cuarto de hora después, Obama puso fin con su juramento a la
presidencia de Bush, que la gran mayoría del pueblo norteamericano valora como un gran fracaso. El resto del mundo ya hacía muchos años, antes incluso de su reelección en 2004, que había llegado a esa misma conclusión.


Fuente: El país, el mundo y la gaceta

sábado, 17 de enero de 2009

Putín espera que con Obama mejoren las relaciones EE.UU-Rusia


El primer ministro ruso Vladimir Putin expresó el sábado sus esperanzas de que mejoren las relaciones entre Rusia y Estados Unidos una vez que el presidente electo Barack Obama asuma el cargo, pero advirtió que Occidente debe respetar los intereses de Rusi
El primer ministro ruso Vladimir Putin expresó el sábado sus esperanzas de que mejoren las relaciones entre Rusia y Estados Unidos una vez que el presidente electo Barack Obama asuma el cargo, pero advirtió que Occidente debe respetar los intereses de Rusia.
Putin calificó a Obama de "sincero y abierto" y que el gobierno de Moscú está alentado con lo que describió como señales positivas del equipo de Obama durante la campaña presidencial de Estados Unidos.
Putin añadió, sin embargo, que Rusia adoptará una postura de "ver qué pasa" a medida que se desenvuelve el gobierno de Obama.
"Es mi creencia profunda que las desilusiones más amargas normalmente son resultado de expectativas excesivas", dijo Putin durante una reunión con editores de periódicos alemanes en Dresde, que duró hasta las 2 de la mañana del sábado.
Putin trabajó como funcionario de la KGB en Dresde, en lo que era entonces Alemania Oriental, de 1985 a 1990.
Las relaciones de Rusia con Estados Unidos se han deteriorado en medio de disputas sobre los planes de defensa estadounidenses con misiles y la guerra de Rusia con la ex república soviética de Georgia en agosto. Georgia mantiene lazos cercanos con Estados Unidos.
Putin elogió lo que describió como señales de que el gobierno de Obama podría retirar sus planes de desplegar instalaciones de defensa contra misiles en Polonia y la República Checa, así como detener los esfuerzos para concederle a Georgia y Ucrania su afiliación a la OTAN.
Obama no ha sido explícito abiertamente sobre si procederá con el plan de defensa de misiles en Polonia y la República Checa. El mandatario entrante ha dicho, más ampliamente, que apoya la defensa de misiles pero que quiere asegurarse rimero que se trata de un sistema comprobadamente fiable que no disminuirá otras prioridades de seguridad.
Putin dijo que Rusia y Estados Unidos pudieran cooperar constructivamente en asuntos como el control de armas, los esfuerzos de paz en Medio Oriente y el estancamiento sobre los esfuerzos nucleares iraníes.
Rusia no quiere desafiar a Occidente, pero necesita que sus intereses sean tenidos en cuenta, declaró."Respetamos a nuestros socios, pero esperamos la misma actitud hacia nosotros", dijo Putin. "Debemos reconocer los intereses del otro y debemos respetarnos".
Fuente: msm

Obama capta la maxima expectativa

Barack Obama se convertirá el martes próximo en el primer presidente negro de Estados Unidos, en una ceremonia con asistencia récord, celebridades, medidas de seguridad y cobertura mediática sin precedentes, y considerada uno de los mayores y más esperados eventos de la historia del país. Las autoridades calculan que entre 1,5 y 2 millones de personas participarán de los tres días de festividades en Washington, que incluirán la jura y el esperadísimo discurso de asunción, el traslado de Obama en limusina desde el Capitolio a la Casa Blanca, el desfile en su honor, bailes, festejos y cenas. Cerca de 25.000 policías y soldados custodiarán desde tierra, aire y los ríos que rodean a Washington, la que será la primera asunción de un presidente estadounidense desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, con la doble misión de proteger al investido mandatario y a la multitud que se espera para el evento. La situación será tan límite que el presidente saliente, George W. Bush, declaró el estado de emergencia en el Distrito de Columbia desde el sábado hasta el miércoles, lo que supondrá que la ciudad recibirá 15 millones de dólares del gobierno federal para hacer frente a los gastos de la investidura. Otras medidas de seguridad incluirán el despliegue de equipos detectores de agentes químicos y bacteriológicos, el cierre de puentes de acceso a la ciudad y la veda al tránsito vehicular en una extensa área alrededor de la zona de eventos. Otro asunto diferente será proteger al multitudinario público que se espere llene ambos lados de la avenida Pensilvania -que empieza en el Capitolio y termina en la Casa Blanca- los alrededores del Congreso y gran parte, si no todo, del Mall, la enorme explanada que se extiende hasta el monumento a Lincoln. El acceso a la avenida Pennsylvania será controlado. Cuando la seguridad crea que no caben más personas, se impedirá la entrada a más. También estará prohibido acercarse con bolsos grandes y otros objetos contundentes, paraguas y hasta cochecitos de bebés. La asunción de Obama como presidente número 44 de Estados Unidos coronará el meteórico ascenso político de un joven de 47 años, hijo de padre negro keniano y madre blanca estadounidense, que en 10 años progresó de legislador estatal por Illinois a diputado, a senador más tarde y, finalmente, a presidente. Luego de vencer a su futura secretaria de Estado Hillary Clinton en las internas demócratas, Obama derrotó al republicano John McCain en las elecciones del 5 de noviembre pasado, un triunfo amplio que superó barreras raciales, transformó el mapa político nacional y reposicionó a su país en la escena mundial. La asunción en las escalinatas del Capitolio seguirá el protocolo tradicional, con la jura del cargo entre dos oraciones, una "Invocación" y una "Bendición" a cargo de dos pastores. En el medio, el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, guiará al nuevo presidente en el juramento sobre la misma Biblia que usó en 1861 Abraham Lincoln, figura central en la abolición de la esclavitud en el país y el prócer que más admira Obama. Ya investido, el presidente recorrerá los 2,5 kilómetros de la avenida Pensilvania en una limusina Cadillac estrenada para la ocasión, capaz de resistir hasta el estallido de una bomba. Una vez en la Casa Blanca, Obama presenciará el desfile en su honor en una tribuna cubierta y blindada por los cuatro costados. La "caja" en que quedó convertido el palco permitirá además a Obama, y a su reducido grupo de privilegiados, disfrutar de calefacción: todo un lujo cuando en el exterior se espera que el termómetro alcance los tres grados de máxima en todo el día. Obama pondrá en marcha mañana las actividades de su toma de posesión al emprender un viaje en tren con rasgos históricos y renovadores, que evocará el trayecto semejante de Abraham Lincoln. El traslado de Obama y su familia comenzará con un acto en Filadelfia, cuna de la independencia de Estados Unidos, y luego abordarán un tren a Wilmington, en el estado de Delaware, para sumar al vicepresidente electo Joe Biden y su familia. Obama hará además una escala en Baltimore, donde se escribió el poema que luego fue la letra del himno nacional de su país. A la ceremonia no faltarán tampoco estrellas y celebridades, ya que se espera la asistencia, entre otros, de los cantantes Sting, Bono, Bruce Springsteen, Beyoncé; los actores y actrices Spike Lee, Anne Hathaway, Will Smith, George Clooney y Scarlett Johansson, y hasta la autora de Harry Potter, J.K Rowling. Shakira será la única estrella latina que actuará el domingo en el primero de los tres días de festejos, y luego volverá a cantar el martes de la asunción. También cantarán Beyoncé, Bono y Springsteen y los Beastie Boys, entre los más conocidos. Los hoteles se vieron inundados de reservas desde la victoria electoral de Obama. La ciudad tiene 29.000 camas y sólo quedaban un puñado a cuatro días de la asunción, según fuentes del sector. Los visitantes también pueden alquilar departamentos privados o casas. Los precios llegaron hasta 10.000 dólares por un departamento de un dormitorio, para luego caer a cifras más razonables, de hasta 1.500 dólares. La cobertura mediática, con miles de periodistas de Estados Unidos y todo el mundo, también promete ser espectacular. Una de las cadenas de noticias estadounidenses, MSNBC, logró un acuerdo con una empresa de distribución cinematográfica para transmitir la asunción en 27 salas de cines del país. Los principales diarios del país ya anunciaron ediciones especiales conmemorativas, y hasta la señal deportiva ESPN transmitirá por primera vez una asunción presidencial.

Fuente: TELMA